martes, 18 de noviembre de 2008

VENADO




Es un ungulado artiodáctilo de la familia de los cérvidos. Es una especie grande, con alzada a la cruz superior a los 140 cm y un peso de hasta 180 kg. Las hembras son más pequeñas que los machos.

Tiene un pelaje en verano de color marrón rojizo, que en invierno pasa a ser espesa y marrón grisácea y por debajo es blanquecina, aunque los ejemplares albinos son relativamente frecuentes. Alrededor de la cola posee una mancha de color ante. Las orejas son grandes y especialmente evidentes en la hembra. Las hembras resultan más pequeñas que los machos. Estos poseen astas ramificadas, apéndices óseos del cráneo, que se desarrollan cada año y cesan después del celo o época de cría.
Las astas de crecimiento poseen una amplia vascularización. El tamaño y número de puntas de la cuerna puede dar idea de la edad de los ejemplares más jóvenes, sin embargo en los adultos está relacionado con las características genéticas del animal y su estado nutricional. La cuerna no se desarrolla por completo hasta los seis u ocho años y empieza a degenerar a partir de los diez, reduciéndose entonces el valor cinegético de la pieza.

Los machos pierden la cuerna, desmogue, en torno a los meses de marzo a abril, iniciándose casi de inmediato el desarrollo de la nueva, que alcanzará sus dimensiones definitivas en poco más de dos meses. Inicialmente se recubre de un fino terciopelo, el correal, que se elimina frotando la cuerna sobre la corteza de los árboles, en una actividad que deja evidentes cicatrices en el árbol.

Para su adecuado desarrollo el ciervo requiere ambientes boscosos, que le proporcionen refugio, y grandes praderas, que le proporcionen alimento. Suele vivir en dehesas y encinares. Durante el verano, tienden a utilizar pastos altos de montaña. En cambio durante el invierno se desplazan a territorios más bajos y favorables climáticamente.
De actividad esencialmente crepuscular y nocturna, tras el periodo de celo los machos y las hembras con crías se agrupan en rebaños separados. En los primeros se establece una jerarquía no demasiado rígida, mientras los segundos se constituyen en una sociedad de matriarcado. A finales de marzo los machos desmogan (pierden las cuernas) e inician una vida solitaria en la espesura del bosque hasta que completan su regeneración en el mes de agosto. El grupo de hembras con las crías menores de dos o tres años se divide en subgrupos o clanes familiares con un líder específico cada uno de ellos, pero bajo la guía en última Instancia de una sola cierva jefe. El rebaño se disgrega en los prolegómenos de los partos del año.

Su dieta es variada y depende de los recursos disponibles en cada época del año, combinando los pastos herbáceos con brotes de árboles y arbustos e incluso frutos, tanto carnosos como secos. Llegando también a roer sus propias cuernas desprendidas para aprovechar el calcio y sales minerales que les reporta. Muy escasos hoy día sus predadores ancestrales (lobo, lince, águila real) las poblaciones de ciervos gozan de un crecimiento demográfico muy notable.

En época de celo, berrea, los machos apenas se ocupan de la alimentación e invierten la mayor parte del tiempo en la actividad sexual, hasta el punto de que tras la berrea pueden haber perdido hasta una quinta parte de su peso. Comprende desde septiembre a mediados de octubre, cuando los machos buscan y agrupan a las hembras de su rebaño. La excitación de los contendientes se manifiesta por medio de la berrea, emisión de graves bramidos audibles a muchos kilómetros. Los machos llegan a desafiarse entablando combates rituales enfrentando sus cuernas y empujándose unos a otros. Siendo habitual que el macho dominante cubra a la mayor parte de las hembras del rebaño.

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